Habrá clases de ajedrez en los
Servicios Penitenciarios como herramienta de transformación e inclusión, como
parte de un programa, en los complejos carcelarios de Bouwer y Villa María (próximamente
en los de San Francisco y Cruz del Eje), donde internos aprenderán este deporte
que ayuda a la reflexión sobre los aciertos y errores y a la integración.
“El ajedrez puede ser una herramienta de transformación, tiene una gran potencialidad para la reintegración social; el propio juego ayuda a reflexionar sobre los aciertos y los errores personales y todo eso ayuda en los contextos de encierro”, dice Calixto Angulo, coordinador del “Programa Jaque Mate a la Exclusión” del Ministerio de Justicia de la provincia de Córdoba, que incorporó clases de ajedrez en las cárceles.
Este fin
de semana fue uno de los encargados de compartir la experiencia que se está
llevando adelante en el complejo carcelario de Bouwer en el marco del Congreso
Internacional de Ajedrez Social y Educativo organizado por la Universidad
Nacional de Córdoba, la Federación Internacional de Ajedrez y la Federación de
Ajedrez de la Provincia (Fapc).
“El programa surgió como una iniciativa junto a la Federación de Ajedrez de la Provincia de Córdoba. Empezó el año pasado en Bouwer y luego ampliamos a la cárcel de Villa María. En agosto próximo incorporaremos la de San Francisco y la de Cruz del Eje”, describió el coordinador del programa, quien también evalúa llevar el programa a los jóvenes del Complejo Esperanza.
Resalta
que la iniciativa tuvo “muy buena respuesta” por parte de los internos y que ya
suman 120 los que aprendieron el juego cada semana durante dos horas.
Cuenta
que en contexto de encierro este deporte es llamativo y muchos se vuelcan a
develar los misterios de ese tablero lleno de piezas y estrategias.
“En 2016 hicimos torneos con internos de distintas cárceles junto a jubilados de clubes de abuelos. Estamos abriendo la cárcel hacia fuera”, dijo.
Creando sus propias piezas
Los
talleres de carpintería de Bouwer también se han convertido en el espacio
creativo de piezas de ajedrez de madera que tallan los propios internos. Ya han
construido cuatro juegos que están usando y la expectativa es autoabastecer a
todas las cárceles.
“Este tipo de carpintería puede convertirse en un oficio, y aquellos que están cursando los distintos niveles del curso podrían luego conseguir la certificación de la Federación de Ajedrez de la Provincia de Córdoba para ser instructores”, amplió.
Además de
que el juego genera reflexión personal, para Calixto Angulo el ajedrez como
cualquier otro deporte suma valores de compañerismo, respeto por el otro,
socialización, camaradería y dignificación de la persona.
“El ajedrez generalmente está visto como un juego de elite pero nosotros decimos que puede ser asequible por cualquier persona que quiera jugar, con normas básicas. Hay que sacarle el aura de lo difícil. En la cárcel la gente que lo practica es heterogénea, hay quienes no han tenido experiencia previa y se entusiasman y hay quienes ya conocían del juego”, describe.
El año pasado, el
maestro internacional Guillermo Soppe, presidente de la Federación
de Ajedrez de la Provincia de Córdoba, jugó una simultánea con 40 internos. En
esa oportunidad confesó que el programa había superado las expectativas.
Una de
las anécdotas carcelarias cuenta que un interno escribió una carta a los
docentes que les enseñan para agradecerles y, en representación de los otros
compañeros, solicitó que se amplíe el horario del curso de ajedrez que se dicta
en las aulas del complejo.
“La cárcel se debe abrir a la sociedad y viceversa. La sociedad tiene que saber lo que pasa adentro y conocer que allí hay gente que proviene de una marginalidad primaria e integrarlo a la sociedad”, concluyó Calixto Angulo quien de chico ya jugaba al ajedrez con su padre, un aficionado a este deporte, el actual ministro de Justicia y Derechos Humanos de la provincia, Luis Angulo.
Vía Federación de Ajedrez de la Provincia de Córdoba - Gentileza: Torre7.com
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