El martes y el miércoles
fue la primera clase de destrezas gauchas de los alumnos de 4º y 5º grado de la
Escuela Pío Carrillo, en la localidad de Morteros en el marco del Programa
Deporte Educativo.
La Federación
Gaucha de la Provincia de Córdoba fue una de las cinco instituciones que se
unieron este año a la 6º edición del programa.
Sin duda, esta
disciplina es una de las que más genera curiosidad en los niños ya que tienen
en sus clases un nuevo compañero: el caballo.
Javier Seratti, profesor de la disciplina en Morteros y quien
presentó el proyecto cuenta cómo le surgió la idea de incorporar las destrezas
gauchas en las jornadas extendidas de las escuelas primarias:
“Hace desde el
año 2010 que tengo una escuela de equitación. Ésta actividad me llevó a querer incorporarlo
a las escuelas primarias como una actividad más. Presentamos el proyecto en la
Municipalidad de Morteros. El intendente estuvo muy a gusto, quien me orientó
en los pasos a seguir”, cuenta Javier que por medio de un trabajo articulado
entre la Federación Gaucha de la Provincia de Córdoba, la Confederación de
Deportes de la Provincia de Córdoba, la Secretaría de Deportes y el Ministerio
de Educación, la disciplina comenzó a dictarse en la escuelas de esta localidad
cordobesa.
“El Lic. Gabriel
Cardetti, inspector regional de la Sub Dirección de Educación Física, se
contacta con la escuela Pío Carrillo que acepta la propuesta para comenzar a
trabajar con sus alumnos”, agrega Javier Sertatti.
La última semana
de cada mes, hasta fin de año, los alumnos de 4º, 5º y 6º grado tendrán esta
disciplina en la jornada extendida.
Por cuestiones
climáticas, los chicos de 4º grado tuvieron el martes pasado, una primera clase
teórica donde se les presentó lo que es una montura y las partes del caballo,
trabajando con dinámicas interactivas sobre las 8 maneras básicas de ensillar.
“Los chicos tenían
un conocimiento previo, por lo que hicimos un intercambio de ideas. Estaban muy
interesados y muy atentos a todo lo que iban aprendiendo”, cuenta el profesor.
Con 5º grado, si
pudieron realizar la clase en el campo con la presencia de los caballos.
Trabajaron en grupo sobre cómo ensillarlo,
sus zonas de confianza, la aproximación, su aseo, cómo agarrarlo del cabresto
(una soga de mayor medida que una rienda con una presilla que va prendida a la
argolla del bozal que sirve para atarlo o llevar a tiro al caballo) para ponerle
el bozal, cómo cepillarlo, conocer las partes de la montura, como se coloca y
ajusta. También a llevar las riendas, con sus distintas alternativas, a usar el
peso del cuerpo, las piernas, conocimientos que son necesarios para que el
caballo responda ante la indicación que le hace el jinete.
“Dividimos el
grupo de veinte alumnos en 4, cada uno con un caballo. Luego grupo por grupo lo
iban ensillando, y desensillando para que se vayan familiarizando con los
distintos elementos que forman la montura en sí”, explica el profesor.
“Es una etapa
inicial, si bien los chicos saben algo de caballos, otros quizá no los hayan
tocado en su vida. Nos costó cortar la clase porque los niños querían continuar”,
agrega Javier.
“Los niños están
felices se le nota en la cara, tienen muchas ganas, expectativas, están
ansiosos, algunos tienen miedo, como a cualquiera le ha pasado cuando nos
presentan un caballo, pero seguro que con el trabajo diario lo van a ir sanando
y apropiando para dominar las técnicas y de este modo poder trabajar con él”,
cuenta el inspector regional Gabriel Cardetti y responde:
-¿Cuáles son los
valores que usted considera que esta disciplina le da a los alumnos dentro del
programa Deporte Educativo?
-Esta disciplina
es distinta a todas las demás. Incorporar el caballo en las clases requiere una
predisposición distinta de los chicos, los docentes, los papás. La destreza o equitación
criolla tiene su técnica, sus reglas, que son cosas totalmente nuevas para los
chicos y sin lugar a dudas esto motiva, como es el caso de los chicos, que están
con muchas ganas y ansiosos de subirse al caballo. Tienen mucho respeto no solo
por el profesor sino que también están empezando a respetar a este nuevo
compañero que es el caballo. Y de a poco, tomándole la confianza necesaria para subirse
y cabalgarlo.
“Las personas que
tienen contacto con los caballos gozan efectos muy positivos, porque representa
una relación ya establecida desde nuestros orígenes, eso en el hombre genera
una sensación de unión, confort que va desarrollando y en el niño en
particular, le genera un sentido de autoconfianza”, finaliza el profesor a
cargo de la disciplina destrezas gauchas en el marco del Programa Deporte
Educativo en Morteros.
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