Es cordobesa y tiene quince años. Estuvo en las concentraciones de la Selección Argentina para los Juegos Olímpicos de la Juventud aunque no pudo entrar por su edad. Nació en una familia de ciclistas, pero es una estrella que se asoma y con brillo propio.
No hay dudas que Antonella tiene algo distinto. Tan sólo dando una vuelta por la zona de calentamiento, uno puede notar cómo todos la saludan y tienen una palabra de aliento para ella.
"Que te saluden o que te vengan a hacer una nota es muy lindo y muy gratificante, significa que estoy haciendo las cosas bien y que a los demás les llega mi trabajo. Soy muy agradecida", contesta con humildad cuando le preguntan sus sentimientos al respecto de eso.
Se destaca desde siempre. Con tan sólo quince años, integra el Shimano Ladies Power (equipo internacional), donde corre en Junior y en Elite, que son categorías de edades más avanzadas. Lejos de intimidarla, ella acepta el desafío. "Se aprende mucho", dijo. "Ellas tienen mucha experiencia y te van enseñando cómo son las carreras. Es más mi papá (Fabio García) entrena a tres varones y yo salgo a entrenar, casi siempre, con ellos. Eso me da mejor ritmo".
Estuvo latente la posibilidad de pedir una excepción para que Antonella pudiera participar en los Juegos Olímpicos de la Juventud Buenos Aires 2018, pero finalmente no se concretó. La competencia arranca desde categoría Junior (2000 y 2001) y ella es 2002. Igualmente, no se desanima: la pone muy contenta haber tenido la posibilidad de estar en todas las concentraciones previas y le da más motivación para seguir.
"Mi objetivo para este año es poner lo mejor de mí en el Campeonato Argentino de Pista y, si dios quiere, competir en un Juego Panamericano. Mi meta es lograr alguna medalla, que es la motivación de cualquier deportista".
El bichito del ciclismo le picó a los 9 años, viendo entrenar a Joaquín García, su hermano. También acompañando a su padre, que instruía a niños de su edad y ella dijo 'yo también quiero'. Es agradecida a su familia porque siempre la apoyó, tanto anímica como económicamente.
"Los materiales de trabajo son carísimos, pero gracias a mi papá, mi mamá y mis hermanos, nunca me faltó nada. Por ellos puede llegar a tal alta competencia y eso hace que yo deje todo de mí". Una crack, con aplomo de los grandes.
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