3.4.18

Ciclismo: usar la historia para sentar bases.

Ellos son Roberto Breppe y Luis Caputo; ambos, históricos del ciclismo cordobés. Juntos, conversaron con la Confederación de Deportes sobre este resurgimiento de la disciplina en nuestra ciudad.
                           
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Roberto Breppe (izquierda) y Luis Caputo (derecha), junto con Diego Valenzuela, ciclista cordobés de Elite en la presentación del I Campeonato Nocturno de Ciclismo



Roberto y Luis son experimentados del deporte de las bicis. Por más que ambos peinan varias canas y hace rato dejaron la actividad competitiva, nunca pudieron separar su vida del ciclismo. Fue algo que los marcó a fuego para siempre.

Los dos llegaron casi por casualidad. Intentaron con el fútbol y no hubo forma: “el peor futbolista del mundo debo haber sido yo. Je”, afirma con alegría Breppe. “Yo era defensor. Dejé de jugar un día que me presionaban, me limité y agarré la pelota con la mano. Por suerte descubrí la bicicleta”, completa Caputo.

Entrerriano de nacimiento, cordobés por adopción, Roberto Breppe llegó a La Docta y conoció el ciclismo. “No pude parar. Nunca lo hice para que la gente me vea y diga ‘mirá, éste ganó tal o cual torneo’. Yo me sabía bueno y era consciente que podía llevarme algo. Me fue muy bien: corrí diecinueve años, representé a nuestra selección en tres juegos olímpicos (NdR: Tokio 64, México 68 y Munich 72) y en tres mundiales. Estuve en las vueltas de todos los países limítrofes, más México y Colombia”. Nunca lo dejó: “ayer mismo pedaleé quince kilómetros. Mientras el cuerpo me dé, voy a seguir arriba de la bici”.

Luis Caputo es el protagonista de una curiosa historia. Fue el que estrenó el Óvalo de Ayacucho y también el primero en caerse. “La pista todavía estaba en construcción. Bajando del peralte, con el suelo mojado, derrapé y la perdí. Me pelé hasta el alma. Por aquel entonces, mi suegro era el presidente del velódromo. Me quería matar. Encima, después me casé con su hija”, bromea jocoso.

Ambos están de acuerdo con que el re-acondicionamiento del velódromo le dará vida al ciclismo, pero que será crucial la gestión, que dirigentes jóvenes se hagan cargo. Además, invitan a la gente a que conozca la disciplina, que para hacerlo no es necesario competir en el alto rendimiento y hace muy bien a la salud, tanto física como mental. Al final, ¿qué hay más lindo que el viento en la cara?


Desde la Confederación de Deportes de la Provincia de Córdoba, felicitamos por su trayectoria a los dos ciclistas y agradecemos su empeño por hacer grande la actividad deportiva amateur.