15.6.18

El Lado B de los Odesur: qué pasa en los Juegos cuando no se está jugando

En el marco de los Juegos Odesur, se nos ocurrió preguntarnos qué pasaba durante una competencia cuando a los deportistas no les tocaba competir. Encontramos de todo. Tanto, que salió una muy linda historia. Pasen y lean:





Agenda olímpica: Juegos Odesur Cochabamba 2018, del 26 de mayo al 10 de junio. Como cualquier amante del deporte, uno lo apunta, espera el momento y, cuando éste llega, enciende el televisor y ahí están: nuestros representantes argentinos, cantando el himno, esperando que el juez dé la orden de empezar. Pero alguna vez nos pesamos ¿cómo son los juegos cuando no están jugando?

Llegar unos días antes a la ciudad, entrar en clima, conocer la pista, el estadio, la villa, respirar el aire; todas acciones indispensables para cualquier deportista. Pero esta historia tiene tres patas: además de los atletas y entrenadores, está la familia, que hace lo imposible -y más- para acompañar a los chicos y chicas argentinos en su tarea de representar al país.

En este caso, estuvimos conversando con Diego Valenzuela, integrante del equipo de ciclismo; Josefina De Rossi, entrenadora del seleccionado de gimnasia rítmica; Agustín Destribats, medallista en luchas; y Osvaldo Casini, padre de una de las gimnastas de la delegación argentina.

Cuando la luz se enciende y comienza la transmisión en tv, ellos son las figuras únicas que representan a la selección. Pero hay un antes. "La semana previa fue muy intensa: se entrenó un promedio de cinco horas diarias, pero con una mayor carga, ya que nos estábamos preparando para competir en la altura de Cochabamba. Todo eso, combinado con el colegio de las chicas, que tenían que recuperar las clases faltantes por la gira europea y dejar todo rendido para irse liberadas a los juegos", dice Josefina De Rossi, la entrenadora del seleccionado de Gimnasia Rítmica, que consiguieron dos medallas de bronce en estos juegos.

"Cada deporte tiene horarios y tiempos particulares, pero el comedor era el punto de encuentro de todos y el lugar de conocer gente, de contar lo que hace cada uno, de festejar los logros ganados", explica al respecto de la convivencia con el resto de la delegación. "Gimnasia era una de las selecciones más jóvenes. Todos los deportistas eran más grandes, eso hacía que se generen conversaciones muy divertidas. Los juegos te dan eso: el compartir", agrega, destacando la humildad de gente que ganó medallas olímpicas pero no se 'agranda'.



Gimnasia Rítmica consiguió dos medallas de bronce: en conjunto y en concurso mixto (balones y cuerdas). Luego de la ceremonia de premiación, salieron corriendo a ver la final del Handball, donde Los Gladiarores, pese a caer ante Brasil, dieron un espectáculo emocionante.


Otro que tuvo la chance de acercarse al estadio a ver a sus compañeros de delegación fue Agustín Destribats, plata en categoría libre 65 kg, que estuvo presente en las tribunas de Greco-Romana, la otra categoría de lucha. "Los libristas competimos al último, por eso podíamos llegarnos al estadio cuando no entrenábamos", dice él. Además, hizo énfasis en la importancia de establecerse con anterioridad: "yo llegué cinco días antes de los juegos. En ese tiempo, entrenamos a full para sentir el aire de Cochabamba y aclimatarse".

Por cuestiones de logística, los miembros de la selección de ciclismo no tuvieron tiempo para asistir a un estadio a ver a Argentina, aunque les hubiera encantado, como aseguró Diego Valenzuela. Si bien no pudieron ir a los diferentes gimnasios, destaca a la cena como un momento sagrado, donde uno puede distender un poco e intercambiar experiencias con el resto de los chicos de la delegación, transmitiendo palabras dignas de un eximio deportista que dio mil batallas con el uniforme celeste y blanco, como lo es él: "Mi consejo es que disfruten al máximo el deporte, que le saquen el mayor jugo y que en cada evento dejen la vida por Argentina". "Somos muy patriotas y a la hora de defender nuestra bandera lo demostramos", cierra.

Betina y Osvaldo Casini (padres de Giuliana) y Gonzalo Lopez (padre de Virginia), al igual que los padres de las demás chicas que en esta circunstancia no pudieron asistir, son parte de familias marcadas a fuego por la pasión de transitar junto a sus hijas el camino del deporte.

Osvaldo cuenta que es la tercera vez que la gimnasia los lleva a Bolivia, en este estilo de vida de seguir la 'ruta del deporte': "Sabemos la diferencia que hay en el rendimiento de un deportista cuando tiene el apoyo de la familia y cuando no lo tiene". "Desde hace tiempo, nosotros decidimos cambiar posibles vacaciones por acompañar a nuestros hijos en sus viajes.  Los alentamos, conocemos otros lugares y nos distendemos. Son nuestras mini vacaciones", explica.

Cuenta también, risueño, la experiencia que vivieron la tribuna del gimnasio mientras alentaban a sus hijas: "éramos los únicos tres argentinos en todo el público, eufóricos, con los gorros, las cornetas y las camisetas, alentando. Al principio, el resto de la gente nos miraba raro, pero se ve que les caímos simpáticos y nos pusimos a conversar con los vecinos de butaca. Como Bolivia no tenía conjunto, hicimos un acuerdo: nosotros les hacíamos hinchada a su equipo y ellos al nuestro". También cuenta la revolución que generaban las chicas en la tribuna cuando, una vez que ya habían competido, se llegaban a compartir con ellos al menos un ratito del día y estar juntos.

Éstas, como las tantas historias de las decenas de deportistas que conforman la delegación, suceden en paralelo al torneo y le dan aún más sentido a lo hermoso que es el deporte. Celebramos que estas cosas se den y estamos muy orgullosos de poder poner luz sobre ellas, porque ese es el mayor deseo de la Confederación de Deportes.