18.6.18

Sobre Argentina-Islandia

Comentario del Magíster Alberto Eugenio Moro, director del Museo del Deporte “Pierre de Coubertin”.


Siempre me sorprendió la elocuencia, y engreimiento de muchos comentaristas de boxeo que jamás se calzaron un par de guantes y nunca subieron, y lo que es peor nuca subirían, a un ring para enfrentarse con un desconocido que los mira con su peor cara de malévola suficiencia.

Acabo de ver el partido del Campeonato Mundial recién nacido sin aborto, en el que Argentina apenas alcanzó un magro empate no obstante haber luchado y dominado la pelota durante gran parte del partido; pero ante un rival que aunque no tiene historia futbolística, juega muy bien y tiene las agallas de los viejos vikingos que otrora asolaban a Europa con sus recurrentes invasiones. Y que, debiera recordarse, eliminó nada menos que al team de Inglaterra, la cuna del fútbol como bien sabemos.

Y sucede lo mismo que en el boxeo con algunos frágiles obesos o delicados petimetres que se han especializado en la rendidora manía verborrágica del fútbol, en la que despliegan una erudición histórica y analítica específica que aporta nada más que para su subsistencia en el éter o la pantalla siendo, seguramente la forma de conocimiento más al vicio que existe si la consideramos desde el punto de vista social y filosófico.

No soy un experto en fútbol como los cuarenta millones de argentinos pero he jugado hace años en canchas de verdad y no solo en los famosos “potreros” argentinos; y además sé muy bien lo que significa y lo que se siente en el duro entrenamiento de máxima exigencia, cosa que es muy improbable que hayan experimentado los parlanchines que con tanta seguridad y no poca ferocidad se expiden acerca del funcionamiento del equipo argentino en su debut mundialista.

A la media hora de haber finalizado el encuentro deportivo en el que a mi juicio los argentinos jugaron muy bien frente a un rival aguerrido, controlando la pelota y atacando la mayor parte del tiempo, ya se escuchaban las voces de algunos periodistas “deportivos”, denostando a nuestro equipo con frases tales como “Argentina no tiene idea de a lo que juega… Argentina subestima a su propio equipo… Decepcionó en el debut y no pudo con Islandia…

Me recuerda a los críticos de arte, de quienes alguna vez se dijo que sus comentarios adversos se deben en muchos casos a la envidia, porque lo que los caracteriza es que saben cómo se hace, pero ellos no pueden hacerlo…


Por Alberto E. Moro