Mateo
Delmastro, nacido en Bariloche, tuvo que terminar el colegio a distancia por su
preparación y no pudo hacer el viaje con sus compañeros del secundario. Pero va
a vivir una experiencia inolvidable.
Bariloche
es el lugar preferido por la mayoría de los colegios argentinos para realizar
su viaje de egresados. En esa ciudad rionegrina nació Mateo Delmastro, el
representante nacional en el bádminton de Buenos Aires 2018, pero ni la localía
lo ayudó: tuvo que terminar el secundario a distancia y no pudo viajar con sus
compañeros.
“El último año del colegio lo hice por Internet porque estuve poco tiempo en Bariloche. Como preparación para los Juegos fui dos veces a España para entrenar. Ahora vivo en el CeNARD con otros chicos del Interior”, cuenta Delmastro, que tiene 18 años y juega desde los 7.
Actualmente ubicado en el puesto 125 del ránking mundial junior,
Mateo ajusta los últimos detalles en el CEDEM 1 de Caseros con el objetivo de
cumplir un buen papel en la competencia en el Parque Tecnópolis, que será del 7
al 12 de octubre y contará con 32 participantes por género.
“Se acerca octubre, falta poco y estoy ansioso, porque es una oportunidad increíble. Me puso feliz haber conseguido un lugar. Vengo entrenando para buscar lo mejor”, asegura con la experiencia de los Juegos Suramericanos de la Juventud de Santiago 2017, donde finalizó quinto en singles y vivió una entrada en calor.
Delmastro tiene una conexión especial con Buenos Aires 2018: “Me sumaron al proceso después de ganar los Juegos Evita en el 2014. Recuerdo que antes había visto en vivo la votación en la que la eligieron como sede. No me imaginaba que iba a terminar participando… Le dediqué muchísimo tiempo y con mi confirmación sentí una alegría enorme”.
Conocer la Villa Olímpica de la Juventud fue un impacto más para
el barilochense admirador del chino Lin Dan, una leyenda que ganó la medalla de
oro en Beijing 2008 y subió de nuevo a lo más alto del podio en Londres 2012.
En el camino también sirvieron las palabras de Dino, su hermano mayor y jugador
de selección.
“Pocos tiene la suerte de estar en una Villa Olímpica. Eso te hace caer… Mis familiares de Bariloche me muestran notas y mis amigos me hablan de los Juegos. En la ciudad siempre hubo más representantes de los deportes de invierno. Todo me llena de orgullo”, reconoce Delmastro, que se prepara para el viaje y disfruta como un egresado.
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