Nazareno Sasia obtuvo la medalla de oro en lanzamiento de bala y fue ovacionado por la multitud que colmó las tribunas del estadio de atletismo del Parque Olímpico de la Juventud. Una de las joyas del deporte argentino brilló y se bañó de oro.
Sasia, que impacta por su contextura física pero tan solo tiene 17 años, ratificó todo lo bueno que se esperaba de él en la previa de los Juegos Olímpicos de la Juventud. El sábado, en la primera serie de la competencia, había batido el récord sudamericano de la categoría, y reafirmó su condición de número uno del ranking mundial de menores de 18 años.
Bajo el agobiante sol y ante estadio colmado, el pequeño gigante tuvo otra jornada iluminada y, lanzamiento a lanzamiento, fue superándose y dinamitando las esperanzas de sus rivales, que tuvieron que conformarse con pelear por la medalla de plata.
“Ganar la medalla de oro es algo único, estoy muy contento. Fueron muy buenos lanzamientos. Un día te podes sentir bien, al otro peor. Lo de hoy no fue malo. Pude terminar el trabajo del primer día”, contó Sasia, en declaraciones a buneosaires2018.com, con una sonrisa que se le dibujaba en toda la cara.
El pibe nacido en Cerrito, un pueblo a 50 kilómetros de Paraná, Entre Ríos, abrió su participación con un lanzamiento de 21,10, pero en el segundo hizo 20,41. Lo mejor llegó en los últimos dos intentos del cierre de la prueba, donde consiguió 21,22 y 21,25. La lluvia de aplausos bajó desde las tribunas y él retribuyó levantando los brazos.
“Cuando gané, lo primero que pensé fue en todos los momentos de entrenamiento y el esfuerzo que hice para llegar hasta acá. Mi familia me apoyó en momentos en los que me sentía mal y me ayudó mucho para que siga. También en mis entrenadores, Marcelo y Sergio, que siempre me ayudaron”, relató Sasia, que apenas lo confirmaron como ganador se dirigió a la platea para abrazarse con el Olímpico Germán Lauro, su compañero de entrenamiento y referente deportivo.
“Germán sigue siendo el referente máximo de lanzamiento en nuestro país. Conocerlo y tener el mismo entrenador me pone muy contento. El Gordo (Lauro) siempre me ayuda mucho y me da consejos”, reconoció Sasia, que anticipó que también seguirá compitiendo en lanzamiento de disco, lo cual no pudo hacer en Buenos Aires 2018 porque tuvo que elegir una sola modalidad en los Juegos.
Aún sin poder creer lo que había conseguido y con una sonrisa inocultable, Sasia contó que él desde la pista sintió el aliento de la gente. “Es muy bueno que apoyen, no solo a mí, sino a todos los atletas. El apoyo nos motiva. Estoy muy contento de que llenen los estadios y apoyen el deporte argentino”.
“Mi primer sueño fue ganar los Juegos Evita, lo que conseguí en el 2015, y antes de eso gané un Nacional de cadetes, en el último tiro. Esos son dos momentos de la vida que me marcaron mucho”, confesó sobre los pasos que tuvo que recorrer hasta ésta jornada de gloria Olímpica.
Por su parte, Sergio Alfonsini, uno de los entrenadores de Nazareno, relató: “Desde un inicio era un chico muy aplicado. No vino al atletismo por esto. Le gustó y, cuando surgió la posibilidad de clasificar a los Juegos Olímpicos, él soñó todo esto. Nunca escatimó un entrenamiento. Venía todos los días que tenía que venir. Se lo propuso y lo logró. Fue lo que le dije cuando lo abracé”.
Orgulloso de su pupilo, Alfonsini trató de ponerle un poco de paños fríos a la efervescencia por el triunfo: “Ojalá sea el sucesor de Germán. Puede llegar incluso más lejos. Hay que ser humilde, disciplinado y no creer que ya está todo”, al tiempo que reconoció a Marcelo Borguelo: “Él fue quien lo descubrió. Quiero destacar su humildad, que le vio condiciones, y lo trajo para que Nazareno comenzara a trabajar conmigo”.
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