Las chicas y los chicos de los seleccionados argentinos de beach handball, medallistas de oro y bronce en los Juegos Olímpicos de la Juventud, llevaron a cabo un entrenamiento a puertas abiertas en Parque Sarmiento, donde siguieron recibiendo el apoyo y el cariño del público.
Al igual que en cada una de las seis jornadas en las cuales participaron los representativos nacionales, los fanáticos llenaron las tribunas y disfrutaron de los goles espectaculares de los medallistas Olímpicos. Los más chiquitos tuvieron el privilegio de bajar a la arena y de hacer lanzamientos junto a las estrellas de la jornada.
"La verdad que nos sorprendió que tanta gente viniera a mirar y a probar el deporte, está buenísimo", declaró la pivot Gisella Bonomi, todavía incrédula por el reconocimiento de la gente que le pide fotos y autógrafos.
"Acá vinimos un rato a divertirnos, a pasarla bien, a charlar con la gente, a enseñarle a otros chicos a jugar y a divertirnos más que nada, a dar un show más", aseguró el neuquino Nicolás Millet.
Con el ambiente más relajado, las revoluciones más bajas y ya fuera de competencia, los chicos y chicas disfrutaron de un día distinto y confesaron que ahora también empezaron a recorrer partes de la Villa Olímpica de la Juventud que no conocían y a tratar con más asiduidad con atletas otros países."Ayer fuimos a ver a los chicos y las de hockey 5 y hoy planeamos ir a ver a los chicos de futsal, que tienen un partido bastante interesante. Vamos a seguir divirtiéndonos y disfrutando todo lo que queda hasta el jueves 18" contó Bonomi, en declaraciones a buenosaires2018.com
La experiencia en estos Juegos Olímpicos de la Juventud no sólo les dejará una medalla y atesoran "muchos recuerdos, cosas únicas, la gente que vino, muchos fans, la verdad algo impresionante", aseguró el mendocino Nicolás Dieguez.
"Vamos a valorar mucho más todo lo que pasamos para llegar hasta acá. Es un orgullo y es algo que creo que no lo voy a poder volver a vivir nunca", afirmó la neuquina Bonomi, que resultó la goleadora del equipo nacional conducido por Leticia Brunati.
"La vida en la Villa Olímpica es muy linda, siempre encendida, iluminada. Te cruzas con gente de todas partes del mundo, te pones a charlar aunque no hablen tu idioma, cambias pines. La verdad que es muy divertido estar ahí, nos juntamos a charlar con los otros equipos, todos unos genios" dijo Millet, feliz de los días en el complejo edilicio.
Buenos Aires 2018 quedará en la historia del handball argentino, especialmente del beach, pero será una huella imborrable en la vida de los medallistas Olímpicos.
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