14.6.19

Padres: los pilares del sueño

El próximo domingo 16 de junio, se celebrará el Día del Padre. En esta fecha tan especial, conversamos con Pablo Pascual, padre de Jeremías y Benjamín, los premiados de motociclismo en la última Noche de Gala, para contar su historia pero que bien podría ser la de la gran mayoría de los atletas amateur. Tal cual él se define: "Padre, sponsor, mecánico y psicólogo".



Pablo Pascual es una persona muy ligada al deporte. Futbolista hasta los 18 años, dejó la pelota para seguir con su otra pasión: las motos. Corrió durante mucho tiempo en Cross Country, y hasta cumplió su sueño de participar del Rally Dakar. En ese contexto, fueron creciendo Benjamín y Jeremías, contagiándose al instante su amor por el deporte. 

Los chicos arrancaron compitiendo en BMX, logrando conquistar en niveles provinciales, nacionales y hasta latinoamericanos. Tiempo después saltaron a las motos, siguiendo el camino de su padre. Hoy, Pablo, junto con su esposa Vanesa, llevan adelante la tarea de criar, educar y acompañar a sus hijos en este camino que los tiene intrínsecamente unidos por el deporte.




-¿Dejando de lado lo económico: ¿dónde cree que es más importante el apoyo de la familia?

Cuando empecé a competir, mis papás me acompañaban a todas las carreras. Eso fue importantísimo para mí. Tener alguien que te espera cuando terminás de correr es muy lindo; o, si tenés algún problema, saber que alguien te lo puede solucionar. Con los chicos viajamos juntos a todas las carreras. Hoy soy el padre, el sponsor, el mecánico, el psicólogo. Tengo dos hijos que son muy buenos chicos, pero diferentes a la vez: Jeremías es más pensante, más prolijo, le explicás algo y te presta mucha atención para aplicarlo; Benjamín, en cambio, es un tipo más vehemente, que le tenés que explicar varias veces las cosas y cree que él va a poder hacerlas por sí sólo; anda muy fuerte y muy bien. Cada uno con sus formas, son los dos unas grandes personas.

-¿En qué momento se dio cuenta que la cosa iba en serio y que los chicos eran realmente buenos en lo que hacían?


Desde el bicicross los chicos anduvieron muy bien, siempre haciendo primeros puestos y hasta saliendo campeones latinoamericanos. Desde ahí ya me di cuenta de que la cosa iba en serio. Siempre supe que en algún momento esto se iba a volcar para el lado de las motos. El año pasado fue un año realmente muy bueno: se corrió el campeonato nacional, provincial, la Copa de las Federaciones, se hizo un supercross en el verano. Entre los dos, lograron 8 campeonatos. Le han puesto mucha dedicación y sacrificio. La carrera no es sábado y domingo. Nosotros llegamos y ya el lunes hay que lavar las motos, cambiar cubiertas, lavar los filtros, arreglar algo que se rompió, y así.

-¿Cuál fue el mejor momento que vivió con Benjamín y Jeremías dentro de una pista?

Verlos a los dos campeones provinciales, campeones argentinos. Fue recordar las épocas donde yo corría, que estaba con mi viejo, que siempre se ponía muy contento de verme. Más allá de los resultados, verlos ahí es lo mejor.



-¿Cómo se hace para que le pongan pilas a los quehaceres escolares entre medio de tanto deporte?

Jeremías me dijo que quería dedicarse de lleno al motociclismo. Yo le dije que no había forma de vivir de esto en argentina, que tenía que estudiar. Por suerte, pudimos adaptar los horarios en el colegio de noche. A la mañana va a inglés y le queda el resto de la tarde para destinarle al deporte. Benjamín va a la escuela a la mañana, por lo que tiene la siesta para andar en bicicleta e ir al gimnasio. Todos en la familia somos deportistas: yo tengo un grupo donde salimos a correr, a andar en bici. Mi esposa hace telas, corre también. Incluso, mi hijo más chico (Gonzalo, de tres años) también está arrancando con la bici y la moto. A la siesta, después de trabajar, cada uno tiene su actividad.


-¿Le gustaría que se dediquen al 100% a ser pilotos profesionales?

Estaría muy bueno, pero lamentablemente tendríamos que irnos del país, ya que en Argentina no hay equipos donde desarrollarte y dedicarte a pleno a eso. Por suerte, después de tantos años de correr el Dakar, logré muchos sponsors que me apoyaban y ahora apoyan a mis hijos, yo estoy muy agradecido.

-¿Qué les diría a los padres para que acompañen a sus hijos sus actividades?

Hoy la gente anda muy apurada, no nos alcanzan las horas del día. Pero siempre hay un espacio para acompañar a mis hijos en lo que les gusta. Que ellos se sientan respaldados, no dejarlos solos. La idea es que ellos puedan disfrutar al deporte, haciéndolo con respeto, con seriedad, llevando adelante el camino divirtiéndose.


Finalmente, conversamos con Benjamín y Jeremías, los hijos mayores de Pablo, que dejaron un mensaje para todos los padres de los atletas: que los apoyen, los acompañen, los alienten, los entiendan, que entrenen con ellos, que no los exijan de más ni les griten. Y manifiestan un profundo orgullo y agradecimiento de contar con un padre que cumple con todos esos grandiosos requisitos.

Desde la Confederación de Deportes de la Provincia de Córdoba agradecemos a Pablo Pascual y toda su familia por brindarse y contar su historia, y le deseamos a él, al igual que a todos los padres, ¡un muy feliz día!