Hoy se conmemoran 82 años desde la muerte de Pierre de
Coubertin y en ésta fecha tan importante, desde la Confederación de Deportes,
queremos homenajearlo.
¿Quién fue Pierre de
Coubertin?
Cuando Pierre Freddy de Coubertin
llegó al mundo, el 1 de enero del año 1863, sus padres ni siquiera imaginaban
que acababan de dar a luz al niño que iba a revolucionar el deporte y a dejar
una obra inmortal.
Miembro de una acaudalada familia
francesa, ligada a la monarquía de Luis XI, el Barón de Coubertin se convirtió
en historiador y pedagogo.
Su doble vocación, y su amplitud
de conocimientos, fueron puestas al servicio de su convicción y afán de renovar
la educación de todo el mundo. Es así,
que llegó a mudarse a Inglaterra para perfeccionar sus estudios, y
fue allí donde conoció la singular doctrina del cristianismo muscular: la
búsqueda de la perfección espiritual por medio del deporte y la higiene. Uno de
los más destacados seguidores de esta corriente era el pastor anglicano Thomas
Arnold, del que Pierre se convirtió en discípulo.
El Barón comenzó a concebir la
idea de restaurar los Juegos Olímpicos que se celebraban en la antigua Grecia,
para fomentar el deporte a escala mundial con fines educativos. Su sueño era unir,
en una extraordinaria competición, a los deportistas de todas partes del
planeta, bajo el signo de la unión y la hermandad, sin ánimo de lucro y solo
por el deseo de competir por competir.
Intentando convencer a todos
viajó por todo el mundo, hablando de paz, comprensión entre los hombres y de
unión, mezclándolo todo con la palabra “Deporte”. Al fin, en la
última sesión del Congreso Internacional de Educación Física, que se celebró en
la Sorbona de París, el 26 de junio de 1894, se decidió
instituir los “Juegos Olímpicos”.
Además de idear los Juegos, ligados
a la educación deportiva, para influir en la juventud a nivel mundial; creó el
Comité Olímpico Internacional, reglamentó los juegos mediante la “Carta
Olímpica” y presidió la organización de numerosas Olimpiadas.
Valores del Olimpismo
Coubertin era un apasionado que
buscaba que el mundo sea un lugar mejor a través del deporte. Por eso fundó el
Movimiento Olímpico. Él creía que el deporte podía ayudar a unir a las
comunidades, detener las guerras y promover competiciones saludables, libres de
trampas y discriminación. Pierre deseaba mostrar cómo el deporte podía crear un
cambio radical alentando la amistad, el compañerismo y el juego limpio.
Es así, que basado en la
excelencia, amistad y respeto, redactó la Carta Olímpica y describió al
Olimpismo como: "una filosofía de la vida, que exalta y combina en un
conjunto armónico las cualidades del cuerpo, la voluntad y el espíritu. Al
asociar el deporte con la cultura y la formación, el Olimpismo se propone crear
un estilo de vida basado en la alegría del esfuerzo, el valor educativo del
buen ejemplo, la responsabilidad social y el respeto por los principios éticos
fundamentales universales".
Coubertin ponderaba, mediante
éste Movimiento, principios tales como la no discriminación, para que todos
podamos acceder al deporte y a la educación; la sustentabilidad del
medioambiente, económica y social; la universalidad, entendiendo el deporte como
un derecho de todos; y finalmente, la solidaridad ligada a la concepción del
deporte como puente para ayudar a solucionar problemas.
Su vida dejó un legado imborrable
que logró transformar al deporte, de un mero pasatiempo a un estilo de vida,
dotado de principios morales y valores irrenunciables.
Es por todo esto, que desde la Confederación de Deportes de la Provincia
de Córdoba, como promotores del deporte en todas sus formas, tomamos a
Pierre de Coubertin como referente, como guía que nos indica el camino que
intentamos seguir y difundir.
Su retrato nos acompaña en
nuestras instalaciones, más precisamente en nuestro Salón central, y en el
Aniversario de conmemoración de su muerte no podíamos dejar de recordarlo y
agradecerle.
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