7.7.20

Nutrición en Tiempos de Aislamiento Social



Te invitamos a pensar sobre el hambre real, el hambre emocional, la alimentación consciente y los estados de ánimo.

Los procesos y hábitos de alimentación humana en estos tiempos de pandemia generan interrogantes, acerca de cómo se sucede nuestra nutrición en el organismo, con el seguimiento y la constancia que amerita. Escuchamos hablar mucho sobre evitar el sedentarismo, y la importancia de generar una alimentación que mejore la calidad de vida.


Pero: ¿qué sabemos realmente al respecto?

De manera etimológica, sabemos que las palabras “nutrición” y “alimentación” son diferentes. En el Manual de Nutrición y Alimentación Humana, la Dra. Ana Virginia Asaduroglu, nos señala que:

“La nutrición es la ciencia de los alimentos, los nutrientes y otras sustancias que estos contienen; acción, interacción y equilibrio en relación a la salud y enfermedad. Son los procesos, por los cuales el organismo ingiere, digiere, absorbe, transporta y utiliza los nutrientes y elimina productos finales.”

“La alimentación es el modo de proporcionar al cuerpo humano, los alimentos que le son indispensables.”

Si bien cada persona tiene requerimientos nutricionales diferentes, existen guías, en nuestro país contamos las GAPA-  Guías de Alimentación de la Población  Argentina. Que es una herramienta que favorece la adquisición de conocimientos que contribuyen a un comportamiento alimentario saludable. Se adaptaron conocimientos científicos nutricionales a mensajes prácticos, promoviendo hábitos saludables.

Pero no solo debemos detenernos en este punto. También nos vamos a detener en la alimentación del alma, la alimentación de nuestro estado de ánimo.

En la época actual y las circunstancias que atravesamos, generan ansiedad y angustia, y muchas veces en vez de procesar o transitar estas emociones recurrimos a satisfactores como ingerir alimentos, ya que el comer genera placer inmediato. Por esto es importante definir nuestras emociones y generar espacios de placer, consensuados entre la actividad física, intelectual y emocional.



Imagen del instagram Colegio de Nutricionistas de la Provincia de Córdoba.


Es importante aprender a alimentarnos de forma consciente “Mindful Eating”, para ello debemos siempre poner atención en el plato, sin distraernos con dispositivos tecnológicos percibiendo el nivel de hambre y saciedad, apreciando el sabor, aroma y textura del plato, sobre todo disfrutando del momento presente.

Si bien el estrés es un estado mental que atravesamos todos en algún momento de nuestras vidas. Estas circunstancias de envergadura  mundial nos tomó casi por sorpresa, volviendo lenta nuestras vidas y hasta en algunos casos, deteniéndola por completo en cuanto a trabajo, familia, actividad física, y obviamente cambiando nuestra alimentación.

La tristeza, preocupación, confusión, enojo, y miedo, son síntomas naturales del estrés, pero aun así no debemos dejar abrumarnos por estas sensaciones y/o sentimientos.

Hay herramientas que se pueden utilizar no sólo para mejorar nuestro ánimo, sino también nuestra alimentación del alma y nutrición del cuerpo.

En este sentido cuando hablamos de alimentar el alma, también es parte de nutrir el cuerpo.

Está comprobado científicamente que la risa, el cariño de nuestros seres queridos, y la luz solar promueven y generan defensas a tal grado, que acompañado de una buena nutrición, hacen que tengamos menos probabilidades de deprimirnos inmunológicamente.

Entonces, no sólo es bueno consultar a una nutricionista, a tu médico de cabecera que es bueno para tu alimentación y paralela nutrición. Sino que también es altamente recomendable seguir consejos de tu corazón y de tu alma. Todo aquello que despeje tu mente de lo controversial y conflictivo, desde pintar mandalas, hasta hablar con un amigo sobre lo que te pasa, son siempre herramientas que van a dar frutos en cuánto a lo emocional y lo físico.

La ansiedad nos juega en contra en estos días de encierro, pero está en nosotros dar una oportunidad a la buena alimentación, el ejercicio controlado, y la vida sana en nuestros términos. En donde siempre habrá una manera de afrontar las situaciones con optimismo, ya que a pesar del aislamiento social debemos saber que no estamos solos, por el contrario. 


Saber que podemos hacer más y mejor en cuanto a la alimentación, nutrición del cuerpo y el alma, nos da la oportunidad de recomenzar, de plantearnos que, si bien hay soledad, la soledad del alma debe vencerse. 

Y dar empuje en esa lucha, es lo que nos dará fortaleza por dentro y por fuera.