Josh, protagonista de la
película, descubre a muy temprana edad su fanatismo por el ajedrez. Sus padres,
sorprendidos por su talento, deciden buscarle un profesor para desarrollar el
don nato del joven. Josh comienza a ganar torneos y es cuando se plantea una
cuestión moral: ¿Qué tan necesario es renunciar a su infancia, amigos e inocencia,
a costa de perfeccionarse, ganar y ser el mejor?
Camila tiene 10 años y
conoce el ajedrez desde los 5. “Lo
conocí por un tablero mural del jardín de infantes que se había realizado antes
de que yo ingrese, como me dio curiosidad, mi papá me enseñó a jugar en casa”
explicó. Y así fue que nació, desde tan chica, su vínculo con este deporte.
A Josh también le encanta
jugar al ajedrez. Juega con su padre y con sus amigos en el parque de
Washington Square. Y que su profesor lo obligue a elegir entre un entrenamiento
profesional o seguir jugando de forma recreativa, es la trama central de una
película que está enfocada en cómo esa decisión afecta al joven ajedrecista.
Hace más de 2 años que
Camila ya se está entrenando con profesores para, paso a paso, seguir
mejorando. Ella destaca “la
pasión que me transmiten por el deporte” como eje principal en su
aprendizaje.
Guillermo Soppe es uno de sus profesores y sobre sus métodos de enseñanza destacó: “En la etapa formativa, como la de Camila
por ejemplo, trabajamos en grupos; para diluir la presión y para formar grupos
de amigos donde puedan estudiar y también practicar. Nos centramos, más que en
los resultados, en cómo aplican los conceptos y las técnicas aprendidas”.
Y en el polo opuesto está el entrenador de Josh, el maestro Pandolfini, quien, a tan temprana edad del joven jugador, lo presiona para ser el mejor; con duras rutinas de entrenamiento y largas horas de estudio. Caso contrario es el de Camila, quien remarca el constante apoyo, tanto de sus padres (Juan y Romina) como de su profesor.
“Lo que más me gusta de ajedrez es que, al no ser un
juego de equipo, todo lo que haces bien es mérito tuyo y cuando haces algo mal,
también. Además, es divertido crear un plan de juego y que dé el resultado que esperabas”
remarcó Camila.
Al ser un deporte
individual es importante ser fuertes de la cabeza, para sobreponerse de los
errores y sobrellevar los aciertos. Porque en el deporte (como en la vida)
siempre hay que saber perder, pero sobre todo hay que saber ganar, que es mucho
más difícil.
Desde la Confederación de Deportes agradecemos a
Camila, con la ayuda de sus padres, por la participación en este segmento. Y recordamos que
la película “En busca de Bobby Fischer” se encuentra disponible en Netflix.
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