Quien no vio este clásico de clásicos. Película que vio la
luz en 1984, con la dirección de John Avildsen, que incluso hoy en día sigue
vigente. The Karate Kid refleja historias de superación. Superación tanto en el
deporte, como en la vida cotidiana.
Daniel LaRusso
junto al entrañable señor Miyagi
protagonizan este clásico, la relación maestro – alumno por excelencia. Un
joven recién llegado a los suburbios de California y un profesor con el don nato
de la docencia.
En el caso de Mauricio, conoció el karate por películas,
pero no fue lo que lo incentivó a comenzar su práctica. Recién ello ocurrió
cuando “comencé a practicar
la disciplina, fue que realmente pude adentrarme en la filosofía y técnica que
propone”.
Y los casos similares deben ser muchos. Uno comienza la
práctica para aprender cuestiones de defensa personal y, poco a poco, va
entendiendo que el karate es mucho más que ello.
Recordemos que LaRusso comienza a entrenarse después de
sufrir, en reiterados casos, situaciones de violencia por un grupo de jóvenes.
Conoce al señor Miyagi y mediante técnicas bastante particulares, como el
clásico lavado de autos con 'círculos hacía afuera', comienza a adentrarse de
lleno al mundo del karate.
“No se trata
sólo de superarse a nivel técnico, si no aplicar el karate (en sus principios)
en la vida misma” detalla Mauricio, quien desde los 14 años practica la
disciplina y hoy en día también es profesor.
Quien no quiere al señor Miyagi de maestro ¿no? Con esa
serenidad y sapiencia que transmite. La docencia se caracteriza por eso, la
pasión por enseñarle al otro lo que uno tanto sabe. Al igual que en la docencia
general, aclara Mauricio, donde cada profesor tiene su manera de enseñar, lo
mismo pasa en el karate con los modos que emplea cada instructor.
“En mi
caso, las técnicas que enseño con las que yo aprendí son tales como la
imitación gradual (aprendiendo por movimientos) o la repetición de técnicas”
explica Mauricio, ahora en su rol de instructor.
La película, claro está, termina con un gran torneo de
karate, donde LaRusso se enfrenta en la final contra su antagonista, Johnny
Lawrence. Después del desleal golpe de un competidor del dojo rival, “Cobra
Kai”, el joven karateka se logra recuperar para disputar la esperada final. Y
como no podía ser de otra forma, apelando a su fuerza interior, inmortalizó la “patada de la grulla” para coronarse
como el campeón del torneo.
Desde la Confederación
de Deportes agradecemos a Mauricio Alarcón por su predisposición a formar
parte de este segmento. La película “The Karate Kid” se encuentra disponible
para ver en Netflix.
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