22.4.21

CONFECULTURA: KARATE KID

 

Junto a Mauricio Alarcón, alumno y también profesor, analizamos dicha película. Buscando similitudes en sus historias y tratando de entender un poquito más la filosofía detrás del karate.

Quien no vio este clásico de clásicos. Película que vio la luz en 1984, con la dirección de John Avildsen, que incluso hoy en día sigue vigente. The Karate Kid refleja historias de superación. Superación tanto en el deporte, como en la vida cotidiana.

Daniel LaRusso junto al entrañable señor Miyagi protagonizan este clásico, la relación maestro – alumno por excelencia. Un joven recién llegado a los suburbios de California y un profesor con el don nato de la docencia.

En el caso de Mauricio, conoció el karate por películas, pero no fue lo que lo incentivó a comenzar su práctica. Recién ello ocurrió cuando “comencé a practicar la disciplina, fue que realmente pude adentrarme en la filosofía y técnica que propone”.

Y los casos similares deben ser muchos. Uno comienza la práctica para aprender cuestiones de defensa personal y, poco a poco, va entendiendo que el karate es mucho más que ello.

Recordemos que LaRusso comienza a entrenarse después de sufrir, en reiterados casos, situaciones de violencia por un grupo de jóvenes. Conoce al señor Miyagi y mediante técnicas bastante particulares, como el clásico lavado de autos con 'círculos hacía afuera', comienza a adentrarse de lleno al mundo del karate.

No se trata sólo de superarse a nivel técnico, si no aplicar el karate (en sus principios) en la vida misma” detalla Mauricio, quien desde los 14 años practica la disciplina y hoy en día también es profesor.

Quien no quiere al señor Miyagi de maestro ¿no? Con esa serenidad y sapiencia que transmite. La docencia se caracteriza por eso, la pasión por enseñarle al otro lo que uno tanto sabe. Al igual que en la docencia general, aclara Mauricio, donde cada profesor tiene su manera de enseñar, lo mismo pasa en el karate con los modos que emplea cada instructor.

En mi caso, las técnicas que enseño con las que yo aprendí son tales como la imitación gradual (aprendiendo por movimientos) o la repetición de técnicas” explica Mauricio, ahora en su rol de instructor.

La película, claro está, termina con un gran torneo de karate, donde LaRusso se enfrenta en la final contra su antagonista, Johnny Lawrence. Después del desleal golpe de un competidor del dojo rival, “Cobra Kai”, el joven karateka se logra recuperar para disputar la esperada final. Y como no podía ser de otra forma, apelando a su fuerza interior, inmortalizó la “patada de la grulla” para coronarse como el campeón del torneo.


Porque si el karate algo enseña, además de técnicas de defensa personal, es a conocerse uno mismo. “El camino de aprendizaje en karate nunca termina” es la apreciación final de Mauricio sobre esta disciplina donde se entrena mucho lo físico, pero también requiere una búsqueda interior del equilibrio.

Desde la Confederación de Deportes agradecemos a Mauricio Alarcón por su predisposición a formar parte de este segmento. La película “The Karate Kid” se encuentra disponible para ver en Netflix.  

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