Al inicio de cada Juego Olímpico,
todos los deportistas se comprometen a jugar de manera justa y obedecer todas
las reglas olímpicas. Un atleta del país anfitrión toma el juramento, en la
ceremonia de apertura, en nombre de sus semejantes. El elegido sostiene en una
esquina la bandera olímpica, mientras lee el juramento:
"En nombre de todos los
competidores, prometo que participaremos en estos Juegos Olímpicos, respetando
y ateniéndonos a las reglas que los gobiernan, comprometiéndonos a un deporte sin dopaje y sin drogas, con el
espíritu verdadero de la deportividad, por la gloria del deporte y el honor de
nuestros equipos."
Las autoridades olímpicas también tienen que hacer un juramento. Mientras es sostenida la bandera, sobre una esquina, un juez del país anfitrión repite un juramento similar en nombre de todos sus pares.
"En nombre de todos los jueces
y árbitros, prometo que oficiaremos en estos Juegos Olímpicos sin prejuicio,
respetando y ateniéndonos a las reglas que los gobiernan con el espíritu verdadero
de la deportividad."
El juramento fue escrito por el
Barón de Coubertin, y se convirtió en una parte de nuestros Juegos Olímpicos
modernos en Amberes 1920. Con
respecto a los jueces, su primer juramento tuvo lugar en los Juegos Olímpicos
de Munich 1972.
El texto del juramento fue teniendo pequeñas variaciones con el correr del tiempo.
El recitado en los juegos de Amberes
1920 decía:
“Juramos que tomaremos parte en los Juegos Olímpicos con un espíritu de caballerosidad, por el honor de nuestro país y por la gloria del deporte.”
Posteriormente se cambió
"jurar" por "prometer" y "país" por
"equipo"
En el juramento de los Juego
Olímpicos Sydney 2000, por primera vez, se incluyó una promesa contra el
uso de las drogas en la competencia.
“(…)
comprometiéndonos a un deporte sin dopaje y sin drogas (…)”
Bibliografía:
janecky.com
wikipedia
olympic.org
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