La antorcha olímpica es uno de los símbolos más reconocibles
de los Juegos Olímpicos, si no el que más. Pero es curioso señalar que no
pertenece a su ceremonia original, sino que se creó con bastante posterioridad
al inicio de los mismos y tampoco por iniciativa de Pierre de Coubertin, que sí
ideó el emblema, bandera y juramento olímpicos.