6.3.19

Básquetbol: Liga Cordobesa de Crelech

9 de Julio superó a Banda Norte, barrió la serie final y se transformó en el primer campeón invicto en la historia de la Liga Cordobesa de Crelech.


¿Quién dijo que 20 años no es nada? ¿Quién fue? Durante más de veinte años -incluidas temporadas en las que estuvo “ahí” de su máximo anhelo-, 9 de Julio de Morteros espero este día. Y el día llegó: el 1 de marzo de 2019 quedará en la memoria para siempre. El Nueve, que había masticado bronca en cinco series finales anteriores, logró finalmente dar una ansiada y postergadísima vuelta olímpica en la Liga Cordobesa Crelech: lo hizo ganándole como visitante a Banda Norte de Río Cuarto 98-71, para barrer la serie por la corona de la 22ª temporada del certamen y, al mismo tiempo, transformarse en el primer campeón invicto en la historia del torneo.
Miguel Ísola fue el máximo anotador del campeón, con 22 puntos (notable 5/7 triples), seguido por Tomás Acosta y Oscar Cabrera, ambos con 17 unidades. Facundo Toledo y Rodrigo Riquelme completaron el quinteto de jugadores del Nueve con al menos una decena: sumaron 14 y 10 unidades respectivamente.
En el dueño de casa, Federico Ferrero sobresalió con una doble decena de 18 puntos y 10 rebotes. Luego se ubicaron Lucas Barlasina, con 14; Guillermo Giuliodori, con 12, y Leandro Barlasina, con 11.


Banda Norte
En su camino soñado, 9 de Julio ganó los 12 partidos que disputó en la temporada 2018/19 y consiguió, de esta manera, el ascenso al Torneo Federal.

DESARROLLO DEL JUEGO

En un primer cuarto intenso, el Nueve se escapó 17-11 a puro triple (cinco aciertos en seis intentos: dos anotados por Conti, otros dos por Ísola y el restante por Cabrera) y sacó ocho de ventaja en dos ocasiones (19-11 y 24-16, luego de un bombazo desde el perímetro de Riquelme), pero el local fue tozudo y, aunque abolló el aro desde la línea de tres, acortó la desventaja a sólo tres unidades (21-24) después de un acierto de Guillermo Giuliodori desde la tercera dimensión.
En esos 10 minutos, la puntería de uno y otro en triples estuvo en dos extremos separados por kilómetros de distancia: la visita acertó 6 de 8 intentos (75 por ciento) y el local apenas metió 2 de 12 (16 por ciento). No obstante, el Verde tuvo una mayor efectividad en dobles (77 por ciento) y aprovechó el aporte de Giuliodori, que saltó desde el banco con seis puntos en sus manos. En la visita, Cabrera fue el máximo anotador, con 7, seguido por Ísola y Conti, ambos con 6.
En el segundo cuarto, 9 de Julio volvió a tener mayor claridad ofensiva, rotó el banco, primero sacó 9 de diferencia (32-23), con un doble de Santiago Ortega, y más tarde amplió el margen a 10 (39-29), con el tercer triple de Ísola.
Banda Norte, que buscó acortar muchas veces con apresuramientos o lanzamientos forzados, sólo encontró puntos en las manos de Giuliodori, quien sacudió la red con otros dos triples. No obstante, a esa altura del segundo segmento Tomás Acosta manejaba los hilos y, sobre todo, el ritmo del partido. Y el Nueve, con puntería desde la línea de libres, tomó una luz de 13 en dos ocasiones: 45-32 y 48-35.
Pese a irse al descanso en desventaja, Banda Norte cerró la primera mitad con una sensación menos amarga: Franco Barjacoba metió dos dobles seguidos -el último con una penetración espectacular- y la diferencia se redujo a menos de 10 unidades: 48-39 a favor de la visita. El local volvía a sentirse en juego. Las buenas “vibras” se sintieron en el arranque del tercer segmento: achicó a seis en dos oportunidades (42-48 y 46-53) y, cuando el partido entró en una vorágine y se desordenó en un frenético ida y vuelta, logró ponerse a cinco (48-53). Era el momento del zarpazo para el Lobo: sin embargo, siguió más atado a su impaciencia que a la claridad para encontrar los caminos que permitieran encontrar un final distinto.
Ísola apagó el principio de incendio con un doble junto al canasto (55-48), Ortega clavó un triple que fue una estocada dolorosa para el Verde y Cabrera selló con un doble un contraataque demoledor, para que la diferencia se ampliara a 12 (60-48). Un triple de Toledo y otro bombazo de Ísola, que marcaron autoridad, experiencia y jerarquía, fueron la propulsión necesaria para que la diferencia llegara a 15 unidades (67-52). Pese al bombazo del empeñoso Lucas Barlasina sobre la chicharra final del tercer cuarto (55-67), el Nueve supo que por delante tenía los 10 minutos más importantes de su historia: los que podían llevarlo a su primera corona.
Otro triple de Toledo, ya repleto de confianza y determinación, y una penetración de Acosta ampliaron la diferencia apenas en los primeros minutos del último parcial. Y el mismo Toledo, plantado en la zona pintada, la depositó en el aro para que la brecha pasara por primera vez el techo de los 20 puntos: 76-55.
Aunque la diferencia ya lucía irremontable, el festejo y la locura debieron aguardar. Un triplazo de Ísola levantó al banco e hizo explotar al público visitante. Mientras el reloj comenzaba a archivar los últimos segundos, los abrazos y las lágrimas brotaron a montones y el Celeste, por fin, sintió que comenzaba a reinar en el máximo torneo de clubes de la Federación de Básquetbol de la Provincia de Córdoba. Lo demás fue la fiesta inolvidable de una institución que luchó durante más de veinte años para sentir el sabor de esa alegría que hasta este viernes 1 de marzo de 2019 le resultaba desconocida.


Vía Federación de Básquetbol de la Provincia de Córdoba