El documental, dirigido por Frank W Chen, relata paso a paso, el período de recuperación del beisbolista Chien-Ming Wang, uno de los mejores lanzadores de la historia de los New York Yankees. Y cómo su amor por el deporte y la competencia ayuda en esa mejoría.
En el caso de Agustín,
hoy jugador del equipo alemán Mannheim
Tornados, conoció el deporte y empezó a practicarlo a los 7/8 años con sus
amigos en el barrio. ¿La cancha? Un cuadrado de cemento que había en la plaza
de su barrio.
“En el Club Alas, de mi barrio, empecé a jugar y aprender los primeros pasos. Después en Dolphins me abrieron las puertas y me enseñaron todo lo que sé” cuenta Agustín.
Ming Wang, fue uno de los mejores sinkers (bola rápida que
tiene un movimiento horizontal y descendente) de su era. Lo que lo catapultó a
ser una de las figuras del conjunto de los New York Yankees, franquicia
reconocida a lo largo del mundo. Pero una lesión en su hombro le cambió todo.
Lo cesantearon del club y tuvo que volver a empezar en una Liga Independiente,
rehabilitación mediante.
Las lesiones en el mundo del deportista de alto rendimiento
son moneda corriente. Y Agustín tampoco estuvo exento. Su lesión más grave se
trató de una hernia de disco lumbar que lo alejó de las canchas más de 6 meses.
“Al principio no sabían bien
lo que tenía. Tuve que aprender a correr de nuevo básicamente, era un dolor muy
punzante” detalla.
Al momento de transitar una lesión tan grave son muchos los
factores a tener en cuenta. En el caso de ambos encontramos la similitud de un
gran profesional del tema. Al respecto, Agustín dice: “En ese momento conocí al gran Mario di Santos. Que sea
cordobés y que trabaje para los deportistas de Córdoba es oro”.
La
recuperación, y el volver a competir, es de lo más complejo después de una
lesión grave. En el caso de Wang, después de años de lucha y competir en ligas
menores, logró volver a la liga mayor. Para Agustín la vuelta también fue difícil.
“Cuando volví me costaba
todo, sentía que no era el mismo. Mis habilidades se habían perdido, terminaba
los partidos y lloraba un montón porque no me adaptaba, me costaba muchísimo”.
El factor
psicológico y el apoyo del entorno son también importantes. Wang, junto a su
familia y entrenadores, logró su objetivo y comentaba: “Uno solo no puede hacerlo”.
“Fue una guerra psicológica tremenda con la lesión. Hasta que un día me habló mi entrenador Darío y me hizo dar cuenta de la otra parte: no estaba disfrutando el juego. Lo único que tenía que pensar en ese momento era en divertirme más allá del resultado, y las cosas me empezaron a salir cada día mejor”.
Wang, después
de volver a las grandes ligas y tener una gran temporada, terminó retirándose
por una nueva lesión. Y Agustín, a sus jóvenes 28 años, se encuentra en un gran
momento de su carrera deportiva, compitiendo en una importante liga como es la
alemana.
Desde la Confederación de Deportes le
agradecemos a Agustín Tissera por su participación y gran predisposición. Al
documental “Late Life” lo encuentran
disponible en Netflix.
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