Desde la Confederación de Deportes nos comunicamos con el piloto Eduardo “Lalo” Haller, oriundo de Charras y defensor del título de Clase A Cordobesa del CAPICOR.
Lalo volvió a competir después de mucho tiempo. Declaró que todo lo que haga ruido le gusta, es por eso que cerca de los 20 años participaba en torneos de motocross, aunque tuvo que dejar de hacerlo por razones económicas. Años más tarde tuvo la posibilidad de volver a sentir el ruido del motor, llegando a los 30 empezó a armar su auto de carrera para lucirlo en las pistas. Inició corriendo en tierra y mas adelante fue invitado a correr a la Clase A del CAPICOR (Categorías Asociadas de Pistas Cordobesas): “Me encantó el asfalto, al año siguiente empezamos oficialmente”.
Volviendo un poco en el tiempo, Eduardo es un admirador de este deporte desde niño: “Es una pasión que tengo desde chico, que la traigo de los 4 o 5 años, desde que tengo uso de la razón. Se debe a que mi viejo con su hermano y sus dos primos, preparaban una cupecita que corría en el TC47. Yo me crie jugando ahí arriba”, comentaba el piloto. A los 12 años empezó a acompañar a su tío a las pistas, hasta que comenzó a tener una participación más activa, en los torneos de motocross.
Retomando la línea temporal, Haller con su equipo y su Fiat 600, compiten en la Clase A desde hace unos 5 años. Al comienzo su objetivo era poder ganar una carrera, nunca se imaginó llegar a coronarse, y mucho menos tener la posibilidad de hacerlo dos años consecutivos. Indicó que “lo fundamental es el laburo a conciencia” y que el gran cambio en la calidad depende de dos asuntos: por un lado, la construcción de un nuevo chasis; por el otro, la experiencia que pudo adquirir. En relación a este segundo suceso, fue de vital importancia la incorporación de Agustín Bugano a su equipo: “Él me allanó mucho el camino en lo que es conducción, faltaba pulirme”, declaró Eduardo.
Otro punto del mismo nivel de importancia es el gran motor que tiene su 600, ya que con éste, el nuevo chasis y la experiencia del último campeón, obtiene el combo perfecto. Para conseguir la punta del último campeonato, el conductor se enfocó en los detalles, para mejorar de a poco. Le dedicó más preparación al manejo, ya que en relación al motor los cambios que se pueden realizar son mínimos. En lo que respecta a la carrocería, podría mejorarse pero conlleva una gran inversión.
Conversando sobre las posibles fallas mecánicas dentro de la pista, el automovilista reconoció:
“Son autos de carrera, son fierros y los fierros son ingratos. Por más que trate de tener todo bien, puede fallar. Me da mucha bronca, pero más bronca me da cuando cometo un error de conducción. Pero si al auto le pasa algo, voy corriendo y pensando qué falló y qué se puede hacer para subsanar el problema”.
Aun así, el equipo intenta estar en los mínimos detalles para que esto no suceda. Más de una vez ha sufrido roturas en la caja de cambios, por ser la original de su vehículo: “sufre la paliza que le damos”. E intentan trabajar en esas pequeñas cosas, desarman la caja cada dos o tres carreras para prevenir fallos. Sucede lo mismo en la preparación para las carreras, si aún no conocen el circuito, comienzan a diagramar cómo van a encarar la previa. La cual depende del asesoramiento y puesta a punto del vehículo y del conductor.
Sobre este último año, Lalo considera que este es el mejor desde que volvió a las pistas, aunque hay posibilidades de que sea su último torneo conduciendo su Fiat 600. Por ello es que, como equipo, decidieron encarar el año más relajados:
“Queríamos empezar el año sabiendo que quizás este 2022 sea mi último año de competencias. Debido a eso lo encaramos de una manera más relajada, tratando de disfrutar las carreras. El año pasado trabajamos tanto que por ahí no se disfrutaba como se debe. Si bien lo afrontamos como para disfrutarlo, sabíamos que desde el momento que pusiéramos el auto en la pista íbamos a querer ganar, más que nada para retener el uno”.
El entrevistado, junto con su equipo, tuvieron la suerte de tener todas las pole, haber ganado tres carreras y varias series. Y reflexiona diciendo que si no fuera por defectos mecánicos los resultados podrían haber sido aún mejores.
Para que culmine el campeonato solo restan tres fechas, dos de las cuales se disputarán en Río Cuarto en una fecha doble. El objetivo del equipo es obtener los mejores resultados, para agrandar la diferencia en la tabla de posiciones y llegar al último encuentro con cierto grado de comodidad:
“Conseguir el bicampeonato sería impensado, porque yo cuando empezó el 2020/2021 me conformaba con ganar una carrera. Se fueron dando las cosas para cumplir el sueño de lograr un campeonato. Ahora retenerlo, para mi sería impensado. Creo que es debido al esfuerzo que hacemos todos, desde mi familia y mis sponsors que me bancan siempre. Ni hablar del trabajo de los que meten mano en el auto. Sería un logro muy lindo y para estar tranquilos de que hemos hecho bien las cosas. Estamos ansiosos esperando esta definición del torneo”.
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