Representantes de 10 países de Latinoamérica se unieron para debatir y traer al siglo 21 los ideales y pensamientos de Pierre de Coubertin, el creador de los Juegos Olímpicos en la era moderna.
Lo que anteriormente sería, en nuestra forma de vida sin el covid-19, un Hackathon tradicional. Es
decir, un encuentro entre personas en un espacio específico. El pasado sábado 24
se llevó a la virtualidad por la plataforma Zoom con un gran esfuerzo de la organización del CLEC con el apoyo del Consejo Profesional de Ciencias Informáticas de la Provincia de Córdoba y la Confederación de Deportes de Córdoba.
Días previos al evento ya se habían
definido los grupos de trabajo, cada uno con nombres de lugares que fueron sede de los Juegos Olímpicos. De manera que me habían designado el grupo RIO, integrado por
personas de Argentina, Brasil, México, Colombia y Costa Rica.
Asistir a un encuentro como este,
en otro contexto, hubiese implicado una preparación específica, traslado y
hasta viajar al ser internacional. Sin embargo, esa mañana la rutina fue otra,
me levanté, desayuné, leí sobre Pierre de Coubertin, como lo había hecho toda
la semana previa y me senté en mi escritorio frente a la computadora para presenciar
el evento.
En el inicio, con el encendido de
la llama olímpica en manos de Jacques Guhl y Alberto Moro el hecho de no estar juntos físicamente,
no influyó para nada en el desarrollo del clima de Hackathon, ya que de igual
forma se vivieron emociones y un ambiente digno del tema a tratarse en la
jornada.
Luego de esto, se dio
espacio a que cada grupo se retire a salas de Zoom particulares para elegir el tópico
a tratar de resolver, la modalidad y la futura presentación ante todos los
presentes.
El grupo RIO en el cual me
encontraba, estaba formado por estudiantes, docentes, investigadoras,
historiadoras y académicos, de forma que nos abrimos al debate al instante y se
desarrolló una dinámica de trabajo muy activa. El capitán del equipo, compartía
pantalla y todos aportábamos cambios, desde mi perspectiva desde la comunicación, los docentes desde lo pedagógico, la historiadora con contexto
y en especial, todos desde la experiencia.
El tiempo pasó rápido, y logramos
formar una propuesta: Formalización de los procesos de desarrollos pedagógicos:
actualización y capacitación del legado de Pierre de Coubertin. Ésta,
implicaba el desarrollo de una escala de aprendizaje de la doctrina de Coubertin
para aplicarse a los distintos estadios de desarrollo del hombre dentro de una
fundación, utilizando todas las herramientas virtuales de la
actualidad.
Llegando los últimos minutos para la preparación, tal cual como si estuvieras en una competencia físicamente, los nervios empezaron a notarse y elegimos a las representantes del grupo que
iban a exponer frente a los jurados: Teresita y Claudia. Las dos, hicieron un
breve repaso sobre como iban a desarrollar la presentación, todos aportamos
ideas y en un momento, como si pasaras de una página a otra, nos direccionaron
a la pantalla de Zoom general y empezaron las exposiciones.
Cada grupo desarrollaba su idea, hasta que llegó nuestro momento, Teresita y Claudia, fueron plantilla a plantilla del PowerPoint, explicando nuestra propuesta. Desde el otro lado, el resto del equipo cronometraba el tiempo, ya que la exposición no debía durar más de 10 minutos. Al mismo tiempo, nos escribíamos por nuestro grupo de WhatsApp para avisar cuando quedaba poco tiempo.
Una vez finalizadas todas las presentaciones, el jurado se retiró a otra sala de Zoom para elegir los campeones y en la sala principal, quedaron abiertos los micrófonos para compartir experiencias y saludarnos entre todos los participantes, pero sobre todo para caracterizar al evento. De esta forma, los que se animaban comentaban su perspectiva de la experiencia mediante una palabra: unión, compañerismo, vinculación fueron unas de las que se hicieron escuchar.
En ese periodo, el tiempo parecía eterno, todos esperábamos
con ansias la decisión final del jurado, para poder conocer a los ganadores.
Y de pronto sucedió, volvieron los jueces. Jorge Cattaneo comentó lo difícil que fue la elección y lo fino que tuvieron que ser para poder elegir. El equipo Rio, tenía todas las expectativas puestas.
Empezaron de atrás para adelante: 5° lugar Barcelona, 4°
lugar Buenos Aires, (aún no nos nombraban, aumentaban los nervios) 3° lugar México,
(es decir que o ganábamos o éramos segundos) y pasó, el presidente de la Confederación nos
nombró, “el segundo lugar es para el equipo RIO” en ese momento, todos desde
nuestras casas, alzamos las manos festejando y por último, el primer lugar se lo llevó el equipo Atenas.
El cierre del evento, fue muy emotivo, se apagó la llama olímpica
y todos festejamos la alegría de haber participado de un acontecimiento de
tanto renombre. No hay dudas, que este evento, marcó un antes y un después para
el CLEC (Centro Latinoamericano de Estudios Coubertinianos), quien se vio sorprendido por las propuestas de todos los participantes
y llamó a seguir estando conectados.
El equipo RIO, hasta el día de hoy, sigue en contacto, y
tiene planeado llevar a cabo su proyecto entre Claudia Fernanda Rojas (Colombia),
Teresita Anchia Campos (Costa Rica), Alexsander da Silva Lopes (Brasil) y
Gimena Arias Costas (Argentina). Es decir que la Llama Olímpica, en este grupo,
sigue encendida.
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